Günther, Anders, “Nosotros los hijos de Eichmann: Carta abierta a Klaus Eichmann”

Bibliografía
Günther, Anders, “Nosotros los hijos de Eichmann: Carta abierta a Klaus Eichmann” (Trad. Cast. De Vicente Gómez Ibáñez) Barcelona; México; Editorial Paidós, Año 2001, pp. 98
Disciplinas
Elementos de la violencia
Tema

Anders reflexiona en esta larga carta sobre los campos de exterminio nazi, y lo hace desde el menos complaciente de los ángulos y con la vista puesta en lo que pueda pasar en el futuro, no en lo que ya ha sucedido. No le interesa escribir un informe arqueológico sobre las instituciones nacionalsocialistas ni un manual de historia alemana. El libro no deja de ser una carta a un hijo que acaba de ver a su padre morir ahorcado en Israel tras ser declarado culpable de crímenes contra la humanidad

Resumen

Anders se dirige al hijo de quien fue el responsable número 1 de la mayor deportación de judíos en la historia, afirmando en primera instancia que “todos somos hijos de Eichmann”. Anders afirma que todos somos descendientes de la misma época, una época donde la sociedad concibió lo monstruoso, este término lo acuña para describir lo que la humanidad vivió en el caso específico del holocausto, ya que lo ocurrido ahí desbordaba a cualquier forma de expresión. Para el autor esta máquina que creo la segunda guerra mundial no fue parada, y sigue consumiendo a la humanidad, suprimiendo todo lo que no es compatible con su lógica. El Holocausto no es insoportable tan solo porque haya sucedido, sino porque el hecho de que una vez haya sido posible algo así es ya imborrable y se perpetúa como una posibilidad irrevocable

Caracterización de la violencia

Para Anders el hecho de que Eichmann no albergara sentimientos antisemitas no atenúa su culpa, sino que la agrava, pues revela la esencia de un poder ejercido indistintamente sobre judíos y gentiles, el nazismo no es una simple rama del totalitarismo, sino la expresión más acabada de la esencia del poder. La necesidad de criminalizar a una parte de la población responde a la necesidad de manifestar la fuerza del Estado. La abominación de los judíos es un viejo prejuicio cristiano que reunía las condiciones ideales para evidenciar la impotencia del individuo frente al poder instituido.

El problema, nos dice Anders, es que el totalitarismo no acabó con Hitler o con Mussolini. Bajo otras formas, sigue impulsando el curso de la historia y todos le servimos con la fidelidad y buena conciencia que acompañó a Eichmann durante sus años al servicio del Reich. Las guerras se han vuelto invisibles. Sólo conocemos aspectos parciales de la devastación, cuando el dolor humano acontece cerca de nosotros, el desinterés produce el mismo efecto que la escasez de información. Aparentemente, se ha generalizado la idea de que hay seres humanos innecesarios, sobrantes

Eichmann no perderá definitivamente su batalla hasta que la humanidad asuma que el cuidado del otro, del diferente, del extranjero,

 

 

Citas Textuales

“No tienes derecho a llorar la muerte de tu padre” p. 8

“El trasfondo de esta carta es lo monstruoso" p.22