Desde la sociología Max Horkheimer hace una crítica a las ideologías del capitalismo, stalinismo y el fascismo. La crítica que le hace al capitalismo se centra en el método de acumulación y la lógica de explotación que ejerce sobre el proletariado, explica cómo la lucha de clases es el motor de la historia y no son los elementos ahistóricos o metafísicos los que la configuran. Por otro lado, analiza cómo se ha comprendido al desarrollo histórico, él menciona que son las condiciones materiales las que configuran la superestructura, y no como en algunas tradiciones de pensamiento que consideran que las ideas son las que configuran la historia; hace una crítica a las posturas psicolingüistas y filosóficas que sus estudios se centran en elementos metafísicos y trascendentales. También hace una crítica a la visión burguesa de ciencia, que considera que la ciencia no está influida por elementos que no son puramente científicos; sobre esto menciona que influyen factores económicos en el desarrollo de la ciencia como a la vez ésta responde a este tipo de intereses.
Sobre las ideologías del stalinismo y el fascismo encontramos la crítica que hace Horkheimer en el prólogo del libro, menciona ambas ideologías usaron elementos del marxismo y los convirtieron en un instrumento de manipulación. Ante esta situación la teoría crítica debe diferenciarse de las posiciones ideológicas, por lo que la teoría crítica se diferencia de estas en que no es totalitaria, se posiciona de manera crítica frente ante los hábitos dominantes de pensamiento, por lo que está en contra del dogmatismo.
Caracterización de la violencia:
En este texto podemos encontrar dos tipos de violencia: violencia histórica y violencia económica. La violencia histórica la podemos deducir de lo que Horkheimer menciona sobre el antagonismo histórico entre el grupo de quienes tienen el poder y quienes son dominados, este antagonismo es lo que conforma la historia.
La violencia económica la encontramos en el modo de producción capitalista en las relaciones de explotación que ejercen los capitalistas sobre el proletariado; estas relaciones de explotación son parte fundamental de lógica de acumulación capitalista. También hace una vinculación entre la autoridad y los capitalistas, donde menciona que para el desarrollo del capitalismo era necesaria la creación de los Estados Naciones los cuales responden a ideales y valores liberales. En los regímenes burgueses el derecho de ideología liberal es el que da sustento para que los capitalistas lleven a cabo la explotación; para eso es necesaria la vinculación entre la autoridad y los capitalistas.
En el prólogo podemos ver que se menciona la violencia política, que se llevó a cabo en la segunda guerra mundial, donde el fascismo y el stalinismo utilizaron elementos del marxismo para legitimar la guerra y manipular a las masas.
Citas textuales:
“No era una especulación vacía la de que a principios de la década de 1930, los trabajadores unidos y, a la vez, aliados a los intelectuales, pudieron evitar el nacionalsocialismo. En los comienzos de la barbarie nacionalista, para no decir nada del tiempo horroroso de su dominación, la fe en la libertad equivalía a rebelarse contra los poderes sociales internos y externos, los que, en parte, habían dado ocasión al ascenso de los futuros asesinos, y en parte lo habían exigido o, por lo menos, tolerado. En los comienzos de la barbarie nacionalista, para no decir nada del tiempo horroroso de su dominación, la fe en la libertad equivalía a rebelarse contra los poderes sociales internos y externos, los que, en parte, habían dado ocasión al ascenso de los futuros asesinos, y en parte lo habían exigido o, por lo menos, tolerado. El fascismo se hizo respetable. Los Estados industrialmente avanzados —los llamados países desarrollados—, y nada digamos de la Rusia stalinista, no hicieron la guerra a Alemania a causa del terror hitlerista, que para ellos era un asunto interno, sino por motivos propios de una política de poder. En esto concordaban la política alemana y la extranjera con la estrategia del Este, y por eso el odio al fascismo entonces era sencillamente idéntico al odio por las camarillas dominantes.”
“El socialismo, que idealmente es el contenido de la democracia realizada, hace tiempo que en los países del Diamat* se ha pervertido, convirtiéndose en instrumento de manipulación, lo mismo que el mensaje cristiano en los siglos sangrientos de la cristiandad.”
“La concepción económica de la historia consuma este pasaje de la metafísica a la teoría científica. Según ella, el mantenimiento y la renovación de la vida social en cada caso impone a los hombres un determinado ordenamiento social de los grupos. Este ordenamiento —que no solo condiciona las instituciones políticas y jurídicas, sino también órdenes más altos de la cultura— es prescripto a los hombres por las diversas funciones que deben desarrollarse en el marco del proceso económico, según la forma en que este, en un determinado período, se adecúa a las capacidades humanas. Por ejemplo: la sociedad estaba dividida, en la antigua Roma, en hombres libres y esclavos; en la Edad Media, en terratenientes y siervos; en el sistema industrial, en empresarios y obreros; ahora bien: todo esto, así como la diferenciación de estas relaciones en el interior de los Estados, y, además, la división en naciones y los antagonismos entre grupos nacionales de poder, no se explica a partir de la buena o mala voluntad, o de un principio espiritual unitario, sino de las necesidades del proceso de la vida material en sus diversos grados de configuración.”
“La autoridad como característica distintiva de toda la existencia. Afianzar en el interior de los sojuzgados la necesaria dominación de los hombres sobre los hombres, dominación que ha configurado toda la historia hasta el presente, ha sido una de las funciones de todo el aparato cultural de las diversas épocas; como resultado y como condición constantemente renovada de este aparato, la fe en la autoridad constituye una fuerza motriz humana en la historia, fuerza en parte productiva y en parte paralizante”
“En la autoridad descansan, tanto la sumisión ciega y esclava, fruto, en lo subjetivo, de la pereza mental y de la incapacidad para tomar resoluciones por sí mismo, y que, en lo objetivo, contribuye a la continuación de condiciones oprimentes e indignas, cuanto la consciente disciplina del trabajo propia de una sociedad en pleno florecimiento.”