Elias, Norbert, La sociedad cortesana

Norbert Elias, desde la sociología, estudia cómo en Europa se llevó a cabo la transformación de la nobleza caballeresca hacia una nobleza cortesana. En este análisis, por un lado, se analiza las transformaciones históricas y estructurales de estas sociedades; y por el otro, las transformaciones de hábitos, conducta, sensibilidad y capacidad de autocontrol de los sujetos en un periodo comprendido desde la Edad Media hasta las Monarquías Absolutistas del siglo XVIII.

Cuando analiza la Edad Media en el contexto europeo podemos dar cuenta de que este periodo se caracteriza por el predominio de la violencia física, la crueldad y que los sujetos tenían respuestas emocionales en las cuales apenas había un incipiente autocontrol. Este periodo se caracterizaba por la agresividad de las guerras, pillaje, robos, asesinatos y crueldad, que es producto de la organización de la sociedad que se basa en la supervivencia y en la satisfacción de sus necesidades biológicas en un contexto de un futuro inseguro; ya que sólo había mecanismos que estaban limitados y que inútilmente buscaban llevar a cabo un proceso de pacificación entre los diferentes estamentos. Era común que las relaciones fueran mediadas por la violencia física y la brutalidad.

En la Edad Media la organización social se basa en las obligaciones y dependencia que tenía los señores feudales con el rey y viceversa, ya que los señores feudales le pagaban al rey con productos agrícolas y ganado, y a cambio el rey les brindaba protección frente a amenazas externas. Los señores feudales fungían como pequeños reyes en el feudo y contaban con un ejército propio, por lo que el poder central del rey era limitado y con el crecimiento de los señores feudales el poder central se vio debilitado y aumentaron las tensiones entre los señores feudales y el rey; la lealtad que los unía era el grado real de dependencia, por lo que cuando no había alguna externa que hiciera que los señores feudales necesitaran la ayuda del rey se relajaba la dependencia y podían aumentar las tensiones. La fortaleza del poder central se basa en su pertenencia de tierras. La organización económica estaba basada por una economía natural en la que había un incipiente comercio, ya que sólo se comerciaban bienes de lujo y no bienes de consumo básicos. No había una economía monetaria, por eso durante la Edad Media es constante la necesidad de tierras con las que el rey pagaba a los señores feudales y los caballeros por sus servicios en las guerras; esta necesidad de tierras se agrava cuando aumenta la cantidad de señores feudales y caballeros, elemento por el cual entra en crisis el sistema feudal.

En la sociedad cortesana se genera el establecimiento de los monopolios de la violencia física y monopolio fiscal generó un crecimiento de las funciones del poder central, lo que obligó a que se formara una clase social de funcionarios para el desempeño de estas labores y por lo que a pesar de que el rey poseía los monopolios necesitaba de una nobleza como aliada para hacerle frente al crecimiento de la burguesía. Esto generó una interdependencia entre el rey y la nobleza. Por eso para que los nobles pudieran mantener sus beneficios era necesario que se ganaran la simpatía del rey y el reconocimiento de los miembros de la corte, para esto debían adecuar su conducta y sus modales conforme a la conducta esperada según su posición social. En este periodo histórico los miembros de la nobleza tienen mayor refinamiento en los hábitos, la conducta y un mayor autocontrol de las emociones; lo que es producto del desarrollo de la consciencia y fortalecimiento de la autocoacción, y estos factores tienen un origen en la configuración y transformación de las relaciones sociales, por eso son sociogenéticos. En la sociedad cortesana había una competencia entre la nobleza para obtener distinción y así fortalecer su posición de poder, esto con el objetivo de conservar sus privilegios y así su existencia social; ya que en la sociedad cortesana se caracterizaba por ser muy dinámica. La elegancia y el refinamiento de los nobles cortesanos eran valores con los que se afirmaba su posición social privilegiada y su superioridad cultural. Elias resalta que en la sociedad cortesana se configura un ethos consumo status –que es producto de las relaciones de interdependencia-, en el cual el consumo representa status social, y por eso los ingresos de los nobles invierten en bienes de consumo que les atribuyan y refuercen su posición social, ya que con base en su status dependía su existencia social.

Caracterización de la violencia:

En este libro podemos encontrar elementos sobre violencia política en el proceso de la formación de los monopolios de la violencia física y el monopolio fiscal, estos monopolios se llevan a cabo mediante alianzas entre monarquías que tenían una posición hegemónica frente otras monarquías. Para este proceso fue necesario el uso de la fuerza y la invasión de territorios con el objetivo de expandir su dominio y así fortalecer la posición de la monarquía hegemónica. Con la centralización del poder se establece un proceso de pacificación y un ordenamiento racional de instituciones que garantiza el control social. Por otro lado, los monopolios de la violencia física y el monopolio fiscal son instituciones pilares fungirán como fundamento para la creación de los futuros Estados Naciones.

También encontramos elementos sobre violencia de clasificación social y violencia en los cuerpos. Encontramos violencia de clasificación en la sociedad cortesana porque se imponen reglas de conducta, elegancia y refinamiento con las que se busca establecer una diferencia entre los diferentes estamentos en la sociedad cortesana, y a partir de estas la nobleza sustenta su superioridad con base en la elegancia y el refinamiento de los nobles cortesanos eran valores con los que se afirmaba su posición social privilegiada y su superioridad cultural. Por otro lado, encontramos violencia en los cuerpos especialmente si analizamos las transformaciones de hábitos, conducta, sensibilidad y capacidad de autocontrol de los sujetos en un periodo comprendido entre la Edad Media y las Monarquías Absolutistas del siglo XVIII, ya aquí vemos como las coacciones y las autocoacciones logran imponerle un cierto tipo de conducta hábitos y autocontrol de sus emociones a los sujetos. Este proceso se establece a partir de relaciones objetivas entre sujetos y entre sujetos e instituciones que son las influirán para normar la conducta. Este proceso es interiorizado como si fuera algo natural, pero en realidad es de origen sociogenético.

Citas textuales

“La vida en la sociedad cortesana no era de ningún modo pacífica. Era grande la copia de hombres que se hallaban vinculados en un círculo duradera o inevitablemente. Se presionaban unos a otros, luchaban por las oportunidades de prestigio, por su posición en la jerarquía del prestigio cortesano. Los asuntos, intrigas, contiendas por el rango y el favor no conocían tregua. Cada uno dependía de los demás y todos, del rey. Cualquiera podía dañar a cualquiera. Quien hoy tenía un elevado rango, podía hundirse mañana. No había ninguna seguridad. Todos debían buscar alianzas con otros hombres que gozaran de la más alta estimación posible, evitar enemistades innecesarias, planear con precisión la táctica de la lucha con los enemigos inevitables, dosificar del modo más exacto, según el propio rango y estimación, la distancia y el acercamiento en la conducta hacia los demás” (p. 141)

“Para conservar posición, estimación en la violenta competición por la consideración y el prestigio en la corte, para no ser víctima de la mofa, del desprecio, debe uno subordinar su propia apariencia y conducta en una palabra, su propia persona, a las fluctuantes normas de la sociedad cortesana, que ponen de relieve de manera creciente, al peculiaridad, la diferencia, la distinción de los miembros de la sociedad cortesana. Debe uno de vestir determinadas telas y calzar determinados zapatos. Debe uno de moverse de un modo totalmente determinado, característico de los miembros de la sociedad cortesana. Aun la sonrisa está formada por la costumbre cortesana.” (p. 307)