Weil, Simone, La condición obrera.

Bibliografía
Weil, Simone, La condición obrera. Trad. Teresa y José Luis Escartín Carasol, Madrid, Editorial Trotta, 2014.

Formas de la violencia

Disciplinas
Elementos de la violencia
Tema

Simone Weil ofrece un testimonio a través de un diario y cartas en donde profundiza analíticamente sobre las formas concretas del trabajo, la organización social de los obreros y la organización política de la izquierda en la década de 1930 (1933-1940, Fascismo).

Resumen

Simone Weil (1909-1943) fue una joven profesora francesa que decidió experimentar el trabajo fabril entre diciembre de 1934 y agosto de 1935. El resultado de esta experiencia, son una serie de cartas y reflexiones expresadas en un diario que se entrelazan con trabajos anteriores, los cuales son particularmente citados y reconocidos en esta edición de Trotta. Igualmente, a través de las cartas cuidadosamente recopiladas, puede leerse la continuación de la tarea crítica de Weil posterior a su experiencia en las fábricas francesas, una extensión de la “espiritualidad del trabajo” adquirida de manera crítica.

La primera parte del libro le corresponde al Diario de Fábrica, cuya lectura resulta tan embotellada y grisácea como el mismo trabajo de los obreros, esta primera parte requiere atención y estómago fuerte para continuar con la descripción de los efectos inmediatos que el trabajo fabril ejerce en los cuerpos de los obreros y obreras. Weil expresa lúcidamente el estado de depresión, tristeza y cansancio de los movimientos mecánicos, de la precarización y otros elementos que ofrecen una ruta crítica para analizar la deshumanización de la clase obrera en el siglo XX.

La siguiente parte del libro, conformada por cartas, da un giro anímico tremendo para la autora después de la victoria en las elecciones generales del Frente Popular francés en 1936. A sus ojos, la coyuntura abre el horizonte de la posibilidad emancipadora para los obreros desde los obreros, sin embargo, a lo largo de sus cartas, avanza una creciente desconfianza hacia el proyecto comunista del momento. Las formas de organización sindicales, la posible continuación del modelo taylorista de trabajo, los aciertos y errores del partido, entre otros muchos, son algunos de los temas que ocupan la aguda crítica de Weil. Sin duda, después de esta lectura, su pensamiento resuena fuerte frente a cualquier debate teórico y estratégico sobre la condición obrera. En este libro, la autora ofrece varias herramientas para identificar cualquier pretensión de la derecha y la izquierda por perpetuar la deshumanización de los obreros, pero también ofrece lúdicamente sugerencias creativas para pensar la emancipación obrera de su tiempo.

Caracterización de la violencia

Podemos identificar este trabajo desde un análisis filosófico sobre la extensión del modelo del trabajo fabril y sus repercusiones en los sujetos desde una violencia económica capitalista brutal, de la cual da cuenta la experiencia concreta de Weil. Sus textos dan cuenta de una serie de análisis sobre las técnicas de opresión reproducidas desde la relación entre los sujetos obreros y las máquinas, hasta sus relaciones con el sindicato, los capataces, la izquierda, la derecha, los empresarios, etcétera. Este libro aporta varias categorías de análisis para pensar la complejidad de la violencia en modelos capitalistas de producción.

Citas textuales

“Para mí, personalmente, esto es lo que ha significado trabajar en la fábrica. Ha significado que todas las razones exteriores (antes las creía interiores) en las que para mí se basaba el sentimiento de mi dignidad, el respeto hacia mí misma, en dos o tres semanas han sido quebradas radicalmente bajo el golpe de una opresión brutal y cotidiana”

“Burgueses inteligentes han creído que la huelga había sido provocada por los comunistas para incomodar al nuevo gobierno. Yo misma he oído decir a un obrero inteligente que al principio la huelga había sido provocada, sin duda, por los patronos para incomodar a ese mismo gobierno. Esta coincidencia es chistosa. Pero no era necesaria ninguna provocación. Nos doblábamos bajo el yugo. Cuando el yugo se ha soltado, hemos levantado la cabeza. Y ya está”

“Este es el verdadero problema, el problema más grave que se le plantea a la clase obrera: encontrar un método de organización del trabajo que sea a la vez aceptable para la producción, para el trabajo y para el consumo”

“Este sistema es ideal para los patronos, puesto que comporta todas las ventajas para ellos, mientras que reduce a los obreros al estado de esclavos y por otro lado les exige que tomen la iniciativa cada vez que la cosa no marcha. Es un refinamiento del que resulta sufrimiento en los dos casos, pues en todos los casos es el obrero el que se ha equivocado. No se puede llamar científico a un sistema así más que partiendo del principio de que los hombres no son hombres, y haciendo representar a la ciencia el innoble papel de instrumento de opresión”

“En nuestra época el trabajo y el ocio corrompen tanto uno como otro. Muchas reflexiones sobre este tema […] me han llevado a plantearme dos cuestiones: la cuestión de la alegría en el trabajo y la cuestión de la vulgarización de los conocimientos. En mi espíritu estos dos problemas son correlativos. Haría falta que los conocimientos científicos fueran presentaos de manera que las operaciones de la inteligencia de donde proceden apareciera claramente análogas a las exigidas por el trabajo cotidiano. Una vez más, esto es un ideal, es decir, que yo intento representarme no la forma de poder alcanzarlo, sino la forma de poder acercarse a él”