“El hombre unidimensional” publicado por primera vez en Estados Unidos en 1954 (1947-1968 Apertura intelectual) analiza las sociedades industriales avanzadas del mundo occidental ubicando los nuevos rasgos totalitarios de la sociedad capitalista bajo la apariencia democrática y liberal de la epoca.
Esta obra esta especialmente dirigida a los movimientos revolucionarios (sujeto) enmarcados en la Gerra Fría, Marcuse escribe como un pensador de la izquierda reuniendo aquí una crítica radical hacia el carácter totalitario de la sociedades industriales avanzadas, principalmente desde un análisis filosófico y político, haciendo referencia tanto a la sociedad estadounidense como paradigma del capitalismo como al socialismo del modelo soviético. Para ello, el autor analiza la capacidad tecnológica de la sociedad industrial avanzada, de generar un conjunto de necesidades útiles al status quo, con las cuales se producen individuos unidimensionales, planos, mutilados. Bajo una ideología y realidad unidimensional que promueve el consumismo, la mercantilización de la cultura, la tecnificación cosificadora de la conciencia, etc. Con lo que se reprime la posibilidad de libertad o de oposición a lo establecido.
Caracterización de la violencia:
Marcuse no aborda aquí un analisis textualmente sobre la violencia. No obstante, se retoma constantemente diferentes formas de violencia organizadora de la sociedad industrial avanzada y constitutiva a sus individuos. Por lo que podemos interpretarla desde su forma política. A continuación retomarémos algunos casos en como es abordada la violencia en su forma política.
El análisis esta centrado en la sociedad industrial avanzada, en la que el aparato técnico de producción y distribución (con una tendencia cada vez mayor a la automatización) funciona no como la suma total de meros instrumentos que pueden ser aislados de sus efectos sociales y políticos, sino como un universo político (técnica) que es totalitario en tanto determina no sólo las ocupaciones, aptitudes y actitudes socialmente necesarias, sino también las necesidades y aspiraciones individuales de los sujetos que la integran. Esto constituye para Marcuse un individuo intelectual y materialmente pre condicionado que no ejerce realmente las facultades de su libertad, sino que cree que tiene libertad de eleción pero su elección está condicionada de manera muy particular por el sistema.
Marcuse trata también otra dimensión de la violencia extrema, donde la capacidad tecnológica de la sociedad industrial avanzada es inconmesurablemente mayor que nunca, por lo que la amplitud de la dominación de la sociedad sobre el individuo también lo es. Y la capacidad destructiva sobre la humanidad y la naturaleza también lo son como nunca antes en la historia. A lo que el autor apela a la solidaridad y nuevas sensibilidades entre los sectores oprimidos del mundo, como último recurso de sobrevivencia contra la brutalidad y la explotación.
En este sentido podemos ubicar como sujeto al que se le ejerce la violencia política a la humanidad como conjunto. Ya que el autor esta describiendo un escenario en el que la violencia política no tiene ya un rasgo de potencialidad revolucionaria como se planteaba aún a principios del siglo XX, sino predominantemente una razón tecnológica destinada a la experimentación, transformación y organización de la naturaleza como simple material de dominación.
Citas textuales:
“La civilización industrial contemporánea demuestra que ha llegado a una etapa en la que “la sociedad libre” no se puede ya definir adecuadamente en los términos tradicionales de libertades económicas, políticas e intelectuales, no porque estas libertades se hayan vuelto insignificantes, sino porque son demasiado significativas como para encerrarlas dentro de las formas tradicionales. Se necesitan nuevos modos de realización que correspondan a las nuevas capacidades de la sociedad.” (Pp. 26)
“El control del proceso productivo por los “productores inmediatos” debe iniciar supuestamente el desarrollo que distingue la historia de los hombres libres de la prehistoria del hombre. Ésta es una sociedad en que los antiguos objetos de productividad llegan a ser primero los individuos humanos que planean y usan los instrumentos de su trabajo para la realización de sus propias necesidades y facultades humanas.” (Pp.63)
“El cerrado universo operacional de la civilización industrial avanzada con su aterrorizadora armonía entre la libertad y la opresión, la productividad y la destrucción, el crecimiento y la regresión esta predesignado de acuerdo con esta idea de la razón como un proyecto histórico específico. Las etapas tecnológicas y pretecnológicas comparten ciertos conceptos básicos sobre el hombre y la naturaleza que expresan la continuidad de la tradición occidental. Dentro de esta continuidad, diferentes formas de pensamiento se enfrentan entre sí; pertenecen a diferentes maneras de aprehender, organizar, cambiar la sociedad y la naturaleza. Las tendencias establecidas chocan con los elementos subversivos de la razón, el poder del pensamiento positivo con el del negativo, hasta que los logros de la civilización industrial avanzada llevan el triunfo de la realidad unidimensional sobre toda contradicción.” (Pp. 144)
“Yo sugiero la frase “elección determinada” para subrayar el ingreso de la libertad en la necesidad histórica; la frase no hace más condensar la proposición de que los hombres hacen su propia historia, pero la hacen bajo condiciones dadas. Son determinadas: 1. Las contradicciones específicas que se desarrollan dentro de un sistema histórico como manifestaciones del conflicto entre lo potencial y lo real; 2. los recursos materiales e intelectuales disponibles para el sistema respectivo; 3. el grado de libertad práctica y teórica compatible con el sistema. Estas condiciones dejan abiertas posibilidades alternativas de desarrollar y utilizar los recursos disponibles, posibilidades alternativas de “ganarse la vida”, de organizar la lucha del hombre con la naturaleza.” (Pp. 240)
“Los obstáculos que se levantan en el camino de la materialización de estas posibilidades, son obstáculos políticos que se pueden definir. La civilización industrial ha alcanzado el punto en el que con respecto a las aspiraciones del hombre por una existencia humana, la abstracción científica de las causas finales llega a ser obsoleta en los propios términos de la ciencia. La misma ciencia ha hecho posible que las causas finales sean el dominio propio de la ciencia (Pp.249)