Marcuse, el final de la utopía

Bibliografía
Marcuse, El final de la utopía, Trad. Manuel Sacristán, España, Editorial Planeta, 1986.

Formas de la violencia

Disciplinas
Elementos de la violencia
Tema

El final de la utopía, pertenece a un conjunto de conferencias que Marcuse presentó ante estudiantes de Berlín en el verano de 1967 (1947-1969 Apertura intelectual) donde plantea la posibilidad técnica de un proyecto de transformación social para la construcción de una sociedad libre que es negado por la continuidad histórica en la segunda mitad del siglo XX

Resumen

Esta conferencia estuvo dirigida a jóvenes participes del movimiento estudiantil (sujeto) en la decada de los sesenta, donde Marcuse plantea, principalmente desde un enfoque histórico, un tope en el desarrollo del capitalismo en el que la tecnologización de las fuerzas productivas podrían permitir la construcción de un proyecto de transformación social, realmente cualitativo, para la construcción de una sociedad libre que no dependa del trabajo alienado. Pero no lo hace en tatanto la sociedad, incluyendo los movimientos de izquierda, no aspiran a ello al estar sus necesidades acotadas al proyecto histórico.

Ante ello, Marcuse plantea la necesidad de hallar el reino de la libertad en el reino de la necesidad. Es decir, romper con el conjunto de necesidades represivas determinadas por el momento histórico. Por lo tanto, el autor reconoce porque las posibilidades llamadas utópicas no son en absoluto utópicas, sino negación histórico-social determinadas por el capitalismo.

Marcuse habla para el movimiento estudiantil, como una expresión de la fuerza revolucionaria de la epoca, para plantear los retos de la teoría crítica para la construcción de una oposición política que tome consciencia de las posibilidades y las fuerzas que impiden y niegan la construcción de una sociedad libre. Osea no represiva, que erradique la miseria, las necesidades e instintos represivos, que sea más acorde con el principio freudiano del placer.

 

Caracterización de la violencia:

Podemos interpretar de esta obra, que el autor reflexiona sobre la violencia en su forma histórica. Ya que esta problematizando un momento con una algida intervención de movimientos revolucionarios, que sin embargo, no están apostando a una liberación profunda de la sociedad, en tanto sus anhelos y necesidades siguen atadas a la construcción represiva de la historia. Es decir, se ubica como ejecutor de la violencia al mismo orden de la historia, al cual la teoría crítica no está oponiendose de manera cualitativa sino con la misma influencia del progresismo.

Por lo tanto, Marcuse señala que las nuevas posibilidades de una sociedad humana no son ya imaginables como continuación de las viejas, y no se pueden representar en el mismo continuo histórico sino que presuponen una ruptura, ahí el reto de los movimientos revolucionarios.

 

Citas textuales:

“La continuidad de las necesidades desarrolladas y satisfechas en la sociedad represiva es en medida considerable lo que reproduce constantemente esa sociedad reresiva en los individuos mismos. Los individuos reproducen en sus propias necesidades la sociedad represiva, incluso a través de la revolución, y precisamente esa continuidad de las necesidades represivas es lo que ha impedido hasta ahora el salto de la cantidad a la cualidad de una sociedad libre.” (Pp. 27)

“El marxismo ha de asumir el riesgo de definir la libertad de tal modo que se haga consciente y se perciba como algo que en ningún lugar subsiste aún ni ha subsistido. Y precisamente porque las posibilidades llamadas utópicas no son en absoluto utópicas, sino negación histórico-social determinada de lo bástente, la toma de consdencia de esas posibilidades y la toma de consciencia de las fuerzas que las impiden y las niegan exigen de nosotros una oposición muy realista, muy pragmática.” (Pp.32)

“Ahí están todas las fuerzas materiales e intelectuales que es posible aplicar a la realización de una sociedad libre. El que no se apliquen a ello ha de atribuirse exclusivamente a la movilización total de la sociedad existente contra su propia posibilidad de liberación. Pero esta situación no convierte en modo alguno en utopía el proyecto mismo de la transformación. Es posible en el sentido indicado la eliminación de la pobreza y de la miseria; es posible en el indicado sentido la eliminación del trabajo alienado; posible la eliminación de lo que he llamado surplus represivo.” (Pp.26)

“Cuando no existe la necesidad vital de que se suprima el trabajo, cuando, por el contrario, existe la necesidad de continuación del trabajo hasta cuando éste deja de ser socialmente necesario; cuando no hay necesidad de gozar, de ser feliz con la consciencia tranquila, sino la necesidad de tener que ganarlo y merecerlo todo en una vida que es todo lo miserable que se puede imaginar; cuando esas necesidades vitales no existen o, existiendo son apagadas por las necesidades represivas, entonces lo único que se puede esperar de las nuevas posibilidades técnicas es efectivamente que se conviertan en posibilidades de la represión.” (Pp. 29)