Mussolini, Benito, La doctrina del Fascismo

Bibliografía
Mussolini, Benito, La doctrina del Fascismo. Trad. A. Dabini, Firenzo, Vallecchi Florencia, 1937.

Formas de la violencia

Disciplinas
Elementos de la violencia
Tema

Principios ideológicos del movimiento fascista, concepción de Estado y critica a las facciones políticas democrático-liberales y  socialistas, en un contexto Italiano previo a la Segunda Guerra Mundial (fascismo 1933-1940).

Resumen

Desde la política Mussolini plantea que el Fascismo es una doctrina que tiene una visión orgánica donde los individuos forman la Nación y Patria, y ellos debe sacrificar sus intereses particulares en pro de un deber superior, el cual consiste el valor de hombre. Esta doctrina concibe la vida a los hombres como activos y dedicados a la acción con todas sus energías, lo que significa que estos sean conscientes de las dificultades existentes. Por otro lado, propone la visión de la vida como lucha, donde al hombre le toca conquistar la vida que sea realmente digna de él; creando para ello, ante todo, en sí mismo el instrumento (físico, moral, intelectual) para edificarla. El hombre en el Fascismo está en función del proceso espiritual a que contribuye por eso la tradición es un elemento importante, ya que fuera de la historia este es nada.

El Fascismo se opone al liberalismo tanto en su forma de concebir al individuo como a sus postulados políticos. El fascismo se pronuncia por un Estado fuerte e individuos que coinciden con el Estado. En esta visión todo está en el Estado y nada que sea espiritual o humano existe fuera de él; por lo que es totalitario, ya que es síntesis y unidad de los valores.

El Fascismo se opone a la democracia porque considera que al pueblo no se le debe ver desde un punto de vista cuantitativo (como lo ha concebido la democracia), sino desde uno cualitativo, por lo que el pueblo debe de ser guiado por la consciencia y voluntad de una minoría, lo cual pasará a concretarse en la consciencia y voluntad de todos, para esto es necesario una personalidad, una consciencia de sí.

El Fascismo se opone al socialismo porque considera que éste impide el movimiento histórico por la lucha de clases y la falta de unidad nacional.

El Fascismo afirma que el Estado es el que engendra a la Nación, con lo que el Estado es el creador del derecho. La Nación como Estado es una realidad ética que existe y vive en cuanto se desarrolla. El Estado no es solamente autoridad que gobierna y da forma de ley y valor de vida espiritual a las voluntades individuales, sino que también hace valer su voluntad en el exterior, por lo que hay una universalidad en su exterior. El Estado en el Fascismo es totalitario, por lo que éste no sólo se encarga de funciones de orden y tutela, sino que funge como un Estado educador, por lo que disciplina y ejerce autoridad para dominar la vida espiritual del pueblo; esto a través de la vigilancia y el uso de la fuerza como mecanismo para enfrentar y evitar la disidencia política, y así establecer un control sobre la vida política, económica y cultural del pueblo. Por otro lado, El Estado fascista tiene voluntad y potencia de imperio, no es solamente como una expresión territorial, militar o mercantil, sino también espiritual y moral. La expansión del imperio es la manifestación de su vitalidad.

Caracterización de la violencia:

En este texto se puede encontrar elementos de violencia política. El régimen fascista ejerce un control absoluto del Estado y del derecho. Este régimen dirige tanto la vida política, económica y cultural del pueblo, por lo que es quien ejerce violencia política sobre el pueblo. El pueblo está obligado a obedecer las órdenes porque si no el Estado recurre al uso de la fuerza; para ejercer control y “unificación” del pueblo. Por lo que todo está en el Estado y nada que sea espiritual o humano existe fuera de él; por lo que es totalitario. Se menciona que el Estado fascista que es imperialista debe expandirse. Este expansionismo está ligado con uso de la violencia para garantizar el sometimiento de los nuevos territorios y la imposición de un dominio político, económico y cultural.

El Fascismo se posiciona en contra de los regímenes políticos: democrático-liberales y socialistas.

También podemos encontrar declaraciones donde se exalta el papel de la violencia y se hace crítica al pacifismo. El Fascismo no cree en la posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua, ya que al pacifismo lo concibe como renuncia a la lucha y cobardía frente al sacrificio. El Fascismo es una doctrina que educa para el combate y acepta los riesgos que éste pueda traer como consecuencias.

Citas textuales:

“El hombre del fascismo es el individuo que es nación y patria, ley moral que une a los individuos y a las generaciones en una tradición y en una misión, que suprime el instinto de la vida encerrada en el reducido límite del placer para instaurar en el deber una vida superior, libre de límites de espacio y de tiempo: una vida en la cual el individuo, en virtud de su abnegación, del sacrificio de sus intereses particulares, y aún de su misma muerte, realiza aquella existencia, totalmente espiritual, en la que consiste su valor de hombre.”

“Para el fascista, todo reside en el Estado, y nada que sea humano o espiritual existe, y tanto a menos tiene valor, fuera del Estado. En este sentido, el fascismo es totalitario, y el Estado fascista, síntesis y unidad de todos los valores, interpreta, desarrolla e incrementa toda la vida del pueblo.”

“El fascismo no cree en la posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua. Rechaza, por consiguiente, al pacifismo, que oculta una renuncia a la lucha y una cobardía frente al sacrificio. Solamente la guerra eleva todas las energías humanas al máximo de tensión e imprime un sello de nobleza a los pueblos que tienen la virtud de afrontarla.”

“Es fundamento de la doctrina fascista la concepción del Estado, de su esencia, de sus cometidos, de sus finalidades. Para el fascismo, el Estado es un absoluto, ante el cual individuos y grupos son relativos. Individuos y grupos son concebibles en cuanto estén en el Estado.”

“El Estado fascista es voluntad de potencia y de imperio. La tradición romana es aquí una idea de fuerza. En la doctrina del fascismo, el imperio no es solamente una expresión territorial o militar o mercantil, sino también espiritual y moral. Podemos concebir un imperio, es decir, una nación que, directa o indirectamente, guía a las otras naciones, sin necesidad de conquistar un solo kilómetro cuadrado de territorio. Para el fascismo, la tendencia al imperio, o sea a la expansión de las naciones, es una manifestación de vitalidad; su contrario, el quedarse en casa, es un síntoma de decadencia: los pueblos que surgen o resurgen son imperialistas, los pueblos que se mueren son renunciatarios.”